Esta cuestión es crucial. Si el dinero digital del banco central realmente opera en una cadena de bloques abierta, enfrentará desafíos de control de capital. Pero la situación más probable es adoptar una arquitectura de consorcio de cadena de bloques, que mantenga la innovación tecnológica y a su vez el control regulatorio. La clave está en cómo la arquitectura tecnológica equilibra la apertura con la estabilidad de la moneda soberana.
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